En varias ocasiones se me ha motivado a escribir relacionado a la restauración de iglesias con problemáticas que las auto destruyen, y al hacerlo definitivamente debo comenzar por considerar los errores que han deteriorado las iglesias que se pretenden restaurar, pues de allí se lograra ubicar el correcto diagnostico y posterior tratamiento que ayude a superar las problemáticas descubiertas.
Es continuo el hecho de escuchar de congregaciones estancadas, con divisiones y malestares relacionales y administrativas internas, con separación de grupos de personas que se autoproclaman iglesias, movidas por razones correctas o no, o movidas po si mismas o por la dirigencia de las iglesias.
Pero ¿porque sucede? encontrar una respuesta es lo más difícil que hay, pues cada caso contiene características muy especiales y cada situación difiere de alguna manera con otras.
Existen variables muy comunes, que considerándolas podemos analizar y así lograr encontrar las mejores acciones correctivas para solucionarlas. Mencionare algunas en próximos artículos que reitero no son todas pero merecen ser consideradas. Hoy hablare del verticalismo denominacional.
La estructura o gobierno denominacional
El verticalismo en la administración de las misiones lejos de ser un paliativo es más bien una razón muy fuerte y además una condicionante muy común en el deterioro y separación de congregaciones al ser estas incomprendidas por el liderazgo de la denominación.
Al decir verticalismo me refiero al fenómeno dirigencial del cual se apropian o da a los líderes antiguos de la denominación el poder y gobierno absoluto en las diversas decisiones de iglesias locales. Algo así como una jerarquía, un imperio, o lo que en algunos medios denominan una “rueda de caballitos” lo que en política denominan "lideres históricos" para mi prehistóricos.
El problema que presenta se puede mencionar en la siguiente lista:
- No permiten el participar a otros, ellos son absolutos
- No escuchan, solo oyen y hacen lo que “para ellos es lo que conviene a la iglesia”
- Viven aferrados al pasado, no aceptan la novedad ni el contextualizarse a los cambios cada día más fuertes en la sociedad, viven en un “paraíso mental” que existe solo en sus mentes. frases como "aqui siempre se hace asi" son muy comunes
- Mantienen puestos administrativos y se olvidan de “ir a la mies” y por tanto se endurecen en su proceder e incomprensión a las personas.
- Se enfrascan en visitas o convivios internacionales, o en eventos multitudinarios. Menospreciando la asistencia a pequeñas congregaciones por considerar que “pierden su tiempo tan valioso”
- Se encierran en un sistema administrativo rígido que olvida la necesidad inmediata de apoyar a las congregaciones por ellos atendidas.
- Los cabecillas son responsables de todo pero no cuidan adecuadamente, "delegan"
- El mismo sistema administrativo no permite acudir y ayudar a las congregaciones y regularmente lo hacen al ya ser demasiado tarde.
- Al permanecer en sus puestos, regularmente ubicados en las grandes urbes, generan un pensamiento aferrado a esa realidad citadina en la cual conviven, por ello sus decisiones son en base a ese entorno, entorno que nada tiene que ver con las iglesias del campo o ciudades mas pequenas por ejemplo.
- Para atender una problemática por lo general lo hacen demasiado tarde, todo por esperar estadísticas que digan que deben atender, y cuando reaccionan es demasiado tarde y la grey del Señor ya está sufriendo.
Estas son algunos de los errores que he observado en al menos ocho denominaciones que he estudiado e investigado. Quiera Dios se levante un liderazgo que ame las personas y no los puestos, y que además amen a Dios y a su prójimo y por tanto respondan al pueblo de Dios y se evite así mas desgarramiento de iglesias que sufren no por culpa del ataque del enemigo sino por el menosprecio de sus dirigentes.
Espero sus comentarios y agregados a este articulo.
Escrito por Omar Diaz
Pastor de Misión Cristiana Elim
Filial Zacatecoluca
E-mail: elimiglesia@yahoo.com
1 comentarios:
Hermano Omar:
Usted me ha dejado asustado con éste último tema. Creo que nadie había tratado con tanta claridad el triste problema de nuestras iglesias cristianas.
El verticalismo nos hace daño a todos. Quizá los más afectados comos los jóvenes que somos bloqueados por los adultos destruyendo cualquier oportunidad y anhelo de alcanzar un ministerio primario.
El problema del verticalismo en algunos líderes es que ejercen un tipo de dictadura al estilo ‘Castro.’ Como lo hablábamos el sábado es triste todo esto.
Es increíble éste problema. Cuando aquellos cristianos que viven en iglesias con dirigentes como éstos quieren hacer un proyecto primero le preguntan a Dios y él se los aprueba. Pero, después tienen que pasar por la aprobación del pastor y hay más preocupación por lo que vaya a decir él que por lo que diga Dios. Ellos se hacen sentir más importantes que Dios, son absolutos.-
Lástima por tanta carroña, lo siento señores, Omar tiene la razón.
6 de abril de 2009 7:50
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