viernes, 16 de abril de 2010

EVANGELIZACION URBANA O CAMPESINA???

Allá por la década de los setentas en El Salvador surgió un dicho por demás gracioso, lo notable es que lo dió a conocer uno de los presidentes militares del país: el Coronel Arturo Armando Molina, en ocasiones que se dirigía a la nación decía: "ciudadanos de la ciudad y campesinos del campo" ayer como hoy da mucha gracia esa redundancia.


Pero encerraba algo muy especial, para él las personas tenían valor en cualquier lugar de residencia y así les mencionaba (al menos así pareció en público)


Con el avance científico y el desarrollo humano nuevas formas de vida han surgido, un ejemplo lo da el nacimiento del término "urbano" el cual significa perteneciente o relativo a la ciudad.


En los últimos treinta años (de los cuales tengo plena conciencia, es decir he vivido) he sido testigo del crecimiento de las principales ciudades de El Salvador, como consecuencia principalmente de la guerra y de la búsqueda de mejores condiciones de vida; condiciones dignas ausentes hasta el día de hoy en el terruño salvadoreño, aún cuando las esperanzas políticas sugieren mejoría (obviamente defendiendo proyectos político-gubernamentales, mas que en defensa de la verdad y de las personas) los “slogans publicitarios” varían según la idea de turno en el gobierno, pero las deficiencias siguen de mal en peor. Al menos en mi país.


Por increíble que parezca el trabajo evangelizador de la iglesia ha sido de igual manera atraído a la ciudad, más que al campo; un hecho muy notable es que la mayoría de misioneros o pastores aspiran a levantar una iglesia en la ciudad, y el área no urbanizada o campo no es gran prioridad como lo era treinta años atrás.


Hoy en día la mayoría aspiran “hacer la obra de Dios en San Salvador, en USA o en la tan pobre y necesitada Europa” y no les interesa el Cantón Tijuiste Arriba de San Rafael Obrajuelo en La Paz, en la Sierra Leona de África o Calcuta en la India, por mencionar algunas ciudades que no aparecen en la "lista misionera".


Esta es una realidad por increíble que parezca que se puede observar también en los medios de comunicación cristiana.


La realidad que los medios presentan es la de la ciudad; el campo casi siempre es olvidado o usado como excusa para obtener fondos para proyectos de la ciudad; yendo un poco mas allá: la música también ha caído en ese mismo desequilibrio, se considera la música campirana como “desactualizada, desfasada o antigua” y si del mundo político hablamos regularmente lo visitan para obtener fondos o sacar votos, de allí en adelante el campo no existe.


No pretendo desacreditar la música o movimientos “urbanos” de evangelización, ni tampoco idealizar la labor en el campo, honro el que se desarrolle esa labor y animo a que no se detengan. La idea es que ambos merecen respeto y deben ser atendidos igualmente. Nuestro Señor desarrolló su labor en la ciudad y el campo.


La conversión en la ciudad o en el campo es celebrada de igual forma en el cielo, y el no creyente que muera sin Dios en el campo o la ciudad al mismo lugar irá a sufrir eternamente.


Deseo que el lector evalúe lo importante de hacer la obra de Dios en cualquier lugar, y si deseas hacer la obra le des la oportunidad a la ciudad y al campo por igual a la hora de considerar y decidir.


Nuestro Dios es Dios en el campo y la ciudad, por ello seamos evangelizadores en la ciudad y en el campo.


Escrito por Pastor Omar Díaz

Comentarios: elimiglesia@yahoo.com