MAESTROS DE LA VIDA SIN HABER VIVIDO 1

ES FÁCIL SER MAESTRO SIN HABER APRENDIDO Y PRACTICADO LO QUE ENSEÑA A OTROS

RECUERDE CAMINAMOS EN UN MUNDO CONSTRUIDO POR OTROS... NO INVENTEMOS LA RUEDA UNA VEZ MAS...

Deseo manifestar al lector algunas situaciones que en el desarrollo de mi vida han generado tristeza, pero que con el paso de los años y la intervención divina han logrado modificaciones en mi vida y ministerio.

Me motiva el hablar de estas problemáticas porque de alguna manera la vida se repite en las demás personas, y nuestra experiencia buena o mala puede lograr que algún lector tome la advertencia y evitar cometer los mismos errores y sufrir el y otras personas, como a mi me ha sucedido. Y mi sincera esperanza es ayudar y no denigrar. Al fin y al cabo hablo de mi vida y se que le ayudará.

Un maestro de la vida sin haber vivido es: aquella persona que se considera capaz sin haber nunca experimentado y alcanzado el éxito en aquello que critica, he aquí algunos ejemplos:

• CRITICABA A LOS JÓVENES EN SU NOVIAZGO, Y LES LLAMABA LA ATENCIÓN A VIVIR PARA DIOS Y QUE DEJARAN TODA "CARNALIDAD". Esto me ocurrió como entre los 13 y 19 años de edad precisamente antes de enamorarme. Exigía según mi opinión, dedicación total a Dios sin tomar en cuenta la realidad de la necesidad socio-emocional y sexual que los seres humanos poseen, y por otro lado demandaba a todos ser servidores solo de Dios irrespetando su vocación y proyecto de vida. La biblia dice que cada uno tiene un lugar en el cuerpo y la meta es encontrarlo. Estimados jóvenes solteros yo me equivoqué juzgando y condenando a los demás. Mejor preocúpese por desarrollarse como persona, como creyente y encuentre su vocación... No le imponga a otros algo de lo cual no sabe como responderá al enamorarse. El día que me enamoré se me olvidó todo lo demás, y me tocó tragarme mis palabras...

• CRITICABA LOS PREDICADORES AL MÁXIMO. Según yo pensaba era capaz de predicar y sin nunca haber subido a un púlpito en mi vida, me atrevía a "sacar errores" POR EJEMPLO: por la falta de unción (que por cierto hasta el día de hoy nadie conoce a ciencia cierta que significa esa palabra) porque no era ordenado para exponer, si se ponía muy nervioso, se tardaba mucho, era muy corto para predicar, en fin todos los "errores que yo encontraba" los criticaba. El detalle importante se dió el día que me correspondió predicar, créanme ese día me tragué todas mis palabras, pues una cosa es ser oyente sabio en su propia opinión, y otra muy diferente el responsable de edificar la grey de Dios; hasta el día de hoy los mismos errores que critiqué los comete (eso si me esfuerzo por mejorar), ahora respeto los dones que Dios da a cada persona. Estimado lector el día que le predique o cante al menos a unas 1000 almas me contará lo especial que se siente.

• CON LOS POCOS LIBROS QUE LEÍ ME CREÍ SABIO PLENO. A los 13 años(1981) Dios me permitió ser colaborador de la librería en Iglesia Elim central y el responsable de esa área me pidió que leyera los libros, con el objeto que al ser consultado por los visitantes pudiera dar una idea de los libros que les interesaba adquirir. De esa experiencia vivida recuerdo un gran acierto en mi vida y que cometí dos grandes errores al practicarlo: El acierto fue que me obligó a leer y generar con el paso del tiempo este hábito que no existía y de los errores primero pensé que lo que leía era la verdad absoluta; que mi opinion adquirida en la lectura era la única valedera y que lo demás estaba malo (eso se llama soberbia), y segundo creía que ya era un sabio capaz de "rebatir con mis conocimientos a los que se oponían". Con el paso del tiempo aprendí dos verdades que me liberaron de esos fatídicos errores, con los que aún lucho: que la Biblia dice que ninguno sea sabio en su propia opinión y que a cada uno le es dada medida de fe para provecho. Gracias a Dios todavía me encanta leer, y por momentos soy soberbio y creo ser sabio y poseedor de la única santa verdad... pero prosigo al blanco.
  

• CRITICABA EL TRABAJO DE LAS IGLESIAS, SIN SER PASTOR. Esta historia Continuara...
  
  Escrito por Omar Diaz
  E-mail: elimiglesia@yahoo.com