Allá por la década de los setentas en El Salvador surgió un dicho por demás gracioso, lo notable es que lo dió a conocer uno de los presidentes militares del país: el Coronel Arturo Armando Molina, en ocasiones que se dirigía a la nación decía: "ciudadanos de la ciudad y campesinos del campo" ayer como hoy da mucha gracia esa redundancia. Pero encerraba algo muy especial, para él las personas tenían valor en cualquier lugar de residencia y así les mencionaba (al menos así pareció en público)Con el avance científico y el desarrollo humano nuevas...
viernes, 16 de abril de 2010
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